Lo Social del Conocimiento

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Introducción


¿De qué manera podemos saber que un conocimiento propio o de una comunidad epistémica es válido? ¿Por qué el conocimiento de un sujeto o su experiencia personal no siempre se pueden aceptar como verdaderos? ¿Cómo podemos saber o estar seguros de que un conocimiento propio o de otras personas es objetivo? Éstas son algunas de las preguntas que el estudio de este tema te ayudará a responder.

Conocer supone contar con datos o información sobre un objeto, por ejemplo, un pensamiento, una idea, un elemento tangible o un proceso, es decir, un objeto de conocimiento. Ahora bien, para conocer tal objeto, es necesario que alguien sepa algo sobre él, por lo cual es indispensable un sujeto en quien se deposite el saber o conocimiento. Por tanto, es imprescindible contar con alguien que conozca —sujeto— y con algo que se conozca o se estudie —objeto—. Considerando que el conocimiento es resultado de la relación sujeto-objeto, es momento de estudiar la interacción que se da entre ellos y cómo éstos constituyen el mundo en que nos desenvolvemos.

Es importante que comprendas que los tres términos que dan título a la unidad — objetividad, subjetividad e intersubjetividad—, son esenciales en el proceso de generación de conocimiento; el orden en que te los presentamos es para ayudarte a visualizar cómo se da este proceso. Iniciarás con la revisión del concepto objetividad u objetivismo; luego, verás las características de la subjetividad o subjetivismo y terminarás con el de intersubjetividad.



Cuatro siluetas humanas se toman de las manos para rodear un globo terráqueo.

(s. a.) (2012). Sujeto-objeto [gráfico]. Tomado de https://pixabay.com/en/earth-globe-protection-planet-1013746/

El estudio de este tema te permitirá:

Identificar otras formas de conocer mediante la revisión de los términos objetividad, subjetividad e intersubjetividad, con la finalidad de reconocer los criterios o las condiciones que ha de cumplir un conocimiento para ser aceptado como válido o científico.

Objetividad

dos hombres observan muestra en un solo microscopio.


(s. a.) (2016). Científicos [fotografía]. Tomada de https://pixabay.com/en/scientist-pathologist-1332343/



Entre los problemas del conocimiento, están la objetividad y la subjetividad si se establece que para conocer algo es necesaria la relación donde hay un sujeto cognoscente —quien quiere conocer— y un objeto.


Villoro (2004) entiende por objetividad “la coincidencia de juicios entre los sujetos de una comunidad epistémica”, y ésta se constituye por aquellos sujetos pertinentes a una creencia. Esto no significa que coincidan en un hecho, sino que lo acepten: “sólo los sujetos de una comunidad tienen una mejor justificación para creer que algo es verdadero” (Olivé, 1984, p. 84). En este caso, una comunidad epistémica puede ser de científicos especializados en determinada área del conocimiento. Si la comunidad cree que un hecho es verdadero, lo aprobará para validar una teoría o un modelo que explique tal hecho.

Villoro (2004) advierte que puede haber conocimiento objetivo falso, y es donde la objetividad constituye un problema para el conocimiento científico, porque estará basada en creencias de una comunidad, en cómo percibe “esa realidad” que tal vez no está fundamentada. Para dar un ejemplo, el autor cita el caso de un investigador que descubre que en una comunidad se usaban ciertas prácticas terapéuticas con hierbas medicinales para curar algunas enfermedades acompañadas de algunos ritos para invocar a los espíritus. La comunidad creía que la gente sanaba por la intervención de los espíritus.

Olivé (1984) considera que la “objetividad se refiere al reconocimiento público en una sociedad particular, de que hay una situación de hecho, la cual puede tener efectos en la sociedad en cuestión. Su estatuto de real está garantizado por tener efectos en esa realidad social”. A lo que agrega:

    […] es un término que no debe verse en contextos universales, sino en contextos de acción restringidos a sociedades particulares […] por eso, lo que es objetivo para una sociedad puede no serlo para otra, pero todo conocimiento objetivo puede servir de base para acciones, o para interacciones, las cuales tienen efectos reales en la sociedad en cuestión o en su medio ambiente (pp. 90-91).

Baumgarten y Kant, en cambio, han usado el término objetivo para designar “lo que no reside [meramente] en el sujeto”, en contraposición a subjetivo, entendido como “lo que está en el sujeto”. El objeto entonces es equiparado a “realidad objetiva”, la cual, una vez más, puede ser declarada cognoscible o incognoscible.

Subjetividad


acercamiento a la palam de una mano que sostiene una rosa hecha con papel de una partitura.


(s. a.) (2015). Rosa [fotografía]. Tomada de https://pixabay.com/en/craft-paper-flower-sheet-music-614957/


Ferrater (2001) señala que el subjetivismo, de manera amplia, es la acción y efecto de tomar el punto de vista del sujeto hacia el objeto. Por lo general, cuando se habla de subjetivismo, el sujeto que se tiene en mente es algún ser humano individual. El punto de vista de éste es particular. Mientras que en el objetivismo el conocimiento se basa en la presencia del objeto, en el subjetivismo se centra en el sujeto: sus ideas, pensamientos y experiencia. Por ello, el idealismo es una forma de subjetivismo, al igual que el empirismo que considera la experiencia como fuente única del conocimiento.

En principio, estos puntos de vista serían correctos: un solo sujeto particular puede acertar y todos los demás errar. No obstante, se supone que el punto de vista del sujeto particular está condicionado sólo por sus particularidades y que éstas determinan los juicios formulados.



Esquema sobre sujeto particular.


Un solo sujeto particular puede acertar y todos los demás errar.


El subjetivismo es una forma de relativismo porque involucra y afecta los juicios de valor; suele denunciarse como manifestación de la arbitrariedad del individuo que formula opiniones. Un juicio formulado en virtud de intereses subjetivos —personales, individuales— y mediante racionalización de estos intereses es estimado como un juicio inadmisible, si se quiere alcanzar la verdad. Se dice, en consecuencia, que una opinión subjetiva es una opinión parcial. Al subjetivismo, se contrapone entonces el objetivismo como la actitud correctora, en todo caso, epistemológicamente correcta.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el subjetivismo en el sentido indicado antes concierne únicamente al origen de los juicios formulados. Por consiguiente, es posible formular opiniones, sentar principios, producir teorías de un modo subjetivo, pero también hay que considerar las opiniones de la comunidad para validar tal opinión. El subjetivismo está presente en el caso de propuestas de carácter moral, artístico y político; incluso va acompañado de una mayor dosis de imaginación creadora, sin la cual es difícil concebir la formulación de juicios, teorías o principios interesantes o fecundos.



La única condición que puede ponerse a este tipo de subjetivismo es que los juicios, opiniones, principios o teorías propuestos sean accesibles, comprendidos y seguidos por otros sujetos.

[…] aun cuando cada sujeto implica una perspectiva individual, propia, exclusiva, no obstante, entre los sujetos pertenecientes a una misma situación histórica […] se dan notorias e importantísimas analogías, denominadores comunes de gran alcance. Esto nos permite señalar ya no tan sólo perspectivas individuales, sino perspectivas socio-cultural-históricas, una especie de contexto común. Esto es precisamente lo que hace posible el diálogo (Recaséns, 1968).

Intersubjetividad


tres siluetas humanas “chocan” las manos; sobre éstas, hay un foco con un árbol y pájaros en su interior. De lado izquierdo de la imagen, se ve un árbol con follaje rosado.


(s. a.) (2017). Acuerdo [gráfico]. Tomado de https://pixabay.com/en/joint-project-management-2161491/


De acuerdo con Villoro (2004), un conocimiento fundamentado debe cumplir una serie de criterios o condiciones; existen razones básicas para que una creencia subjetiva sea tomada como saber objetivo. Estas razones cubrirán, a la vez, las siguientes condiciones: “ser concluyentes, completas y coherentes para quien las sustenta […] ser suficientes para garantizar la verdad de la creencia, con independencia de juicio de quien las sustenta” (p. 145). Tales razones, asimismo, serán suficientes y válidas para sujetos que las entienden en tanto comparten un horizonte común. Esta dinámica explica lo que se conoce como intersubjetividad del conocimiento, entendido como un acuerdo entre sujetos. Villoro concluye que…



[…] Igual sucede con cualquier saber, desde los que nos guían en la vida diaria hasta los más complejos que integran los discursos científicos. Las razones que aduce un sujeto son objetivamente suficientes si son suficientes para cualquier persona a la que le sean accesibles los mismos datos, pueda comprender razones teóricas semejantes y acepte el mismo marco conceptual, pero no para otros que no cumplan con esos requisitos; entre aquellas personas se encuentra, naturalmente, el mismo sujeto en cualquier otro momento temporal. Llamemos sujeto epistémico pertinente de la creencia de S en p a todo sujeto que le sean accesibles las mismas razones que le son accesibles a S y no otras, y comunidad epistémica pertinente al conjunto de sujetos epistémicos pertinentes para una creencia (Villoro, 2004, p. 247).


De esta manera, la intersubjetividad se vincula al concepto de comunidad epistémica, conformada de sujetos que en condiciones concretas —por eso también son tomados como sujetos empíricos—, en un contexto e historia específicos, comparten y validan saberes: “Todos somos sujetos epistémicos respecto de ciertas razones y, por ende, respecto de ciertos saberes y no respecto de otros. Por lo tanto, todos formamos parte de determinadas comunidades epistémicas”. Entonces, un criterio que se suma a los primeros que se mencionaron para validar un conocimiento es la “condición de intersubjetividad”, que se explica de la siguiente manera: “Una razón es objetivamente suficiente para cualquier sujeto de la comunidad epistémica pertinente, que la considere. Una justificación es objetiva cuando está basada en razones objetivamente suficientes” (Villoro, 2004, p. 148).



La validez de conocimiento, a partir de sujetos pertenecientes a una comunidad epistémica, no es mecánica ni arbitraria. La validez se da a partir de un consenso crítico ante los saberes, en una situación histórica, de modo que la accesibilidad a éstos deja de ser una mera posibilidad lógica, para ser una construcción social e histórica.

En otras palabras, la comunidad epistémica está constreñida a un nivel de producción específico de la sociedad que le corresponde, que le da acceso a datos, técnicas, tecnologías, información, teorías e interpretaciones, en un marco conceptual común. Es, pues, una dimensión histórica y dialogal la que posibilita el consenso y da validez a los conocimientos.

De este modo, el mero consenso es insuficiente para que un saber asumido por una comunidad epistémica sea válido, aunque sea concluyente, completo y coherente. Por ejemplo, es común que se incurra en la ideología, el punto de vista personal, el ego o el autoritarismo.



Por ello, afirma Villoro (2004) que la actitud crítica es fundamental en la dimensión intersubjetiva del conocimiento…



[…] Ésta puede descubrir las motivaciones que llevan a establecer una discrepancia entre el consenso real y la intersubjetividad y revelar la astucia de una voluntad debajo del consenso. La crítica de la ideología supone la desmitificación del consenso como criterio de objetividad. Y no puede haber progreso en el saber sin esa labor crítica. La crítica supone un cambio de actitud: el paso de la actitud que somete la razón al consenso del grupo, a la que enfrenta la razón al consenso. La primera da lugar a un pensamiento reiterativo de las creencias aceptadas, la segunda, a un pensamiento disruptivo frente a ellas. Todo progreso importante del conocimiento es efecto de un pensamiento disruptivo (pp. 153-154).


La intersubjetividad es fundamental en el trabajo científico, en tanto el quehacer investigativo y de generación de conocimiento es una actividad conjunta, suma esfuerzos. Esta dinámica, en todo caso, debe observar un ejercicio crítico constante para someter a prueba lo que afirma o niega.

Actividad. La sociedad y el conocimiento

En este tema, revisaste las tres formas a través de las cuales un conocimiento puede ser aceptado o no como verdadero: objetividad, subjetividad e intersubjetividad.

A continuación, identificarás las características de la objetividad, subjetividad e intersubjetividad. Arrastra la opción correcta para completar cada una de las siguientes oraciones.

Autoevaluación. Objetividad, subjetividad, intersubjetividad

Existen diferentes formas de aceptar un conocimiento como verdadero o no.

En esta actividad, revisarás cada uno de los tres términos que estudiaste: objetividad, subjetividad e intersubjetividad.

Da clic en la opción que consideres correcta, es decir, falso o verdadero.

Fuentes de información

Básicas

Bibliografía

Ferrater, J. (2001). Diccionario de filosofía. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.

Villoro, L. (2004). Creer, saber y conocer (16.ª ed.). Ciudad de México: Siglo XXI.

Documentos electrónicos

Cruz, L. A., Escobar, J. A., Peña, M. y Pérez, Y. (2017). Teoría del conocimiento. Ciudad de México: Facultad de Contaduría y Administración-UNAM. Consultado el 5 de septiembre de 2017 de http://fcasua.contad.unam.mx/apuntes/interiores/docs/20181/contaduria/1/LC_1156_21087_A_Teoria_Conocimiento_Plan2016.pdf

Olivé, L. (1984). Villoro: sobre verdad, objetividad y saber. Crítica: Revista Hispanoamericana de Filosofía, 16(48), 79-103. Consultado el 5 de septiembre de 2017 de http://critica.filosoficas.unam.mx/pdf/94/c48Olivediscu.pdf

Complementarias

Documentos electrónicos

Recaséns, L. (1968). Argumentación, logos de lo humano y subjetivismo. Dianoia: Anuario de Filosofía, (14), 163-181. Consultado el 5 de septiembre de 2017 de http://dianoia.filosoficas.unam.mx/files/7013/6996/9028/DIA68_Recasens_Siches.pdf


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