Clasificación de las Ciencias

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Introducción


Gráfico de personas con globo terráqueo con árbol y edificios como fondo.

Personas, plantas y edificios


¿Sabes por qué es conveniente clasificar a las ciencias y cuál es el método que cada una de ellas requiere para su estudio? Al respecto, algunos autores han afirmado que existen al menos dos grupos diferentes de ciencias: las de la naturaleza y las del espíritu o de la cultura. Las primeras tienen como propósito explicar los fenómenos y el comportamiento de la realidad física, es decir, de la naturaleza. Las segundas, también conocidas como humanas, se interesan por la comprensión de los fenómenos sociales, por lo cual su método científico difiere del de las primeras, en tanto que se apoya en la hermenéutica.




El estudio de este tema te permitirá:

Identificar cómo se clasifican las ciencias —formales y fácticas, naturales y sociales— y el método que cada una aplica para el estudio de sus propios fenómenos.

Clasificación de las ciencias


Silueta humana que extiende brazo hacia arriba para incidir en trayectoria de rayos eléctricos.

(s. a.) (2013). Experimentación [gráfico]. Tomado de https://pixabay.com/en/flash-tesla-coil-experiment-113275/


Desde la perspectiva de algunos filósofos, las ciencias se pueden clasificar en fácticas y formales. Las primeras se basan en los hechos —la palabra fáctico proviene del latín factum—, en la experimentación, la observación y la racionalidad. Este tipo de ciencias se centran en fenómenos u objetos observables, es decir, que ocupan un espacio y tiempo. Se subdividen en ciencias de la naturaleza y sociales.

Ciencias formales


Una mujer joven mira sonriente su computadora y, de fonodo, hay un pizarrón negro con fórmulas matemáticas escritas con gis blanco.

s. a.) (2017). Estudiante de matemáticas [fotografía]. Tomada de https://pixabay.com/en/learn-school-student-mathematics-1996845/


Las ciencias formales se denominan así porque se encauzan a la forma, no al contenido; su objeto de estudio son las representaciones mediante símbolos, como los números; es decir, trabajan con ideas o creaciones del hombre. Su objetivo no es determinar qué se dice, sino cómo se dice.

Esquema con objetivo de las ciencias formales

La lógica y las matemáticas son parte de las ciencias formales. La lógica es una rama de la filosofía y estudia las formas de razonamiento a través de proposiciones, es decir, versa sobre “[…] cualquier cosa de la que pueda decirse significativamente que es verdadera o falsa” (Stebbing, 1965, p. 30). Recordemos que a Aristóteles se le conoce como el padre de la lógica; la fundamenta como la ciencia del silogismo —deducción argumentada donde se infiere una conclusión a partir de dos premisas—.

La lógica —de logos, pensamiento— es una ciencia formal porque estudia las formas o estructuras del pensamiento como proposiciones, enunciados o razonamientos, con el fin de determinar las leyes o principios que reglamentan su validez (Di Castro, 2006). Aristóteles la definió como la ciencia de la demostración que se ocupa en formular reglas para alcanzar verdades. Para Gregorio Fingermann (citado en Di Castro, 2006), “es la ciencia de las leyes y formas del pensamiento que nos da normas para la investigación científica y nos suministra un criterio de verdad”.

La lógica no sólo se aplica en la ciencia, sino también en la vida diaria: somos seres racionales y manifestamos nuestros pensamientos a través de enunciados. Actualmente, se caracteriza como una disciplina teórica en cuanto es considerada como una ciencia o conocimiento "que investiga, desarrolla y establece los principios fundamentales proveyendo los métodos necesarios para distinguir el razonamiento correcto del incorrecto. A través de todos estos procesos, la lógica pretende encontrar la verdad" (Galicia, 1976, p. 11).

Entonces, si la lógica es una ciencia, tiene principios y leyes que permiten explicar el pensamiento y rigen otras disciplinas como las matemáticas y la física. Al respecto, las matemáticas “estudian una porción de la realidad” a través de demostraciones y teoremas; en otras palabras, nos permite crear modelos que describan la realidad, según Bonfil (2016). Por su parte, Sánchez y Gutiérrez (1998) afirman:

[…] la matemática es una ciencia formal y deductiva. Como la lógica o la gramática, posee un lenguaje propio. Por medio de sus símbolos establece relaciones, orden y estructuras y, con base en supuestos sencillos y reglas de inferencia claras, obtiene consecuencias ciertas dentro del aparato formal en el que son deducidas. Aunque la visión popular de la matemática suele suponer que sólo tiene que ver con cantidades y figuras geométricas, en su mundo, al que se ha asomado incluso el Pato Donald, hay mucho más que aritmética (pp. 12-17).


Esto significa que la gente cree que no hay relación entre las matemáticas y la realidad porque construye modelos ideales. Este prejuicio puede estar basado en la enseñanza misma, cuando a los estudiantes se los propone la resolución de problemas alejados de su realidad cotidiana.

Ciencias de la naturaleza


Un hombre de perfil escribe sobre pizarrón blanco.

(s. a.) (2015). Explicación [fotografía]. Tomada de https://pixabay.com/en/whiteboard-writing-man-presentation-849814/


Existen diversas corrientes teóricas que han clasificado a las ciencias en naturales y sociales. Los naturalistas consideran que los objetivos básicos de toda ciencia son la explicación y predicción, con base en leyes de los acontecimientos. Para tal fin, es necesario el descubrimiento de leyes naturales y la construcción de teorías, cuya validación está en función de algún método de corroboración empírica.

El grado de corroboración o confirmación de las teorías varía directamente en relación con el éxito de las explicaciones y predicciones que intenta realizar. De esta manera, se completa el proceso de la investigación según las concepciones empiristas del naturalismo: las teorías científicas, y en especial las leyes, sirven para realizar explicaciones y predicciones de hechos; el triunfo de éstas aumenta el temple —verosimilitud— de las teorías y leyes que se utilizan; el fracaso de las predicciones obliga a la comunidad científica a abandonarlas y a construir otras con mejor poder explicativo y predictivo.

La interpretación del sentido de la predicción está en función del descubrimiento de cierto tipo de regularidades empíricas, estadísticas o universales de los fenómenos. La explicación sería una condición primaria de la labor científica para realizar las predicciones, atendiendo en todo momento las condiciones limitantes en donde ocurre cierto escenario.


Entre las corrientes teóricas señaladas al inicio, está el positivismo lógico, iniciado en la década de 1920 con el Círculo de Viena, cuyos principales miembros fueron Carnap, Schlick, Neurath y Waismann, entre otros.


El interés principal que los unía era la elaboración de un análisis y una reconstrucción lógica de las ciencias que permitiera hacer una distinción precisa entre conocimiento científico y metafísica.


En la caracterización del conocimiento científico, privilegiaron dos problemas: el de la justificación de los enunciados científicos y el del significado de los términos del lenguaje.


Carnap diferencia dos tipos de proposiciones: las formales, como las de la lógica y las matemáticas, y las fácticas. El sentido de estas últimas está determinado por su verificabilidad empírica.


Dentro de esta corriente, el programa fisicalista manifiesta el carácter naturalista —monista— del positivismo lógico. La ciencia unificada, basada en la construcción de un lenguaje fisicalista universal, convierte a todas las disciplinas fácticas en físicas. Aquí se manifiesta más plenamente el intento de unificación de las ciencias, cuya propuesta de solución termina por adecuar las de carácter social con los métodos de las ciencias naturales.




Como se señaló anteriormente, es importante distinguir el concepto de explicación porque es el propósito de las ciencias de la naturaleza. Para ello, se retoma lo señalado por Ferrater (2001), quien lo define como “el proceso mediante el cual se desenvuelve lo que estaba envuelto, y se hace presente lo que estaba latente. Lo que aparecía oscuro y confuso se muestra claro y detallado”.

Para Popper (citado en Miller, 1997, pp. 178-187), el objetivo de la ciencia estriba en encontrar explicaciones satisfactorias de cualquier cosa que parezca necesitar explicaciones. Al respecto, por explicación causal, se entiende un “conjunto de afirmaciones del que se describe la condición del asunto que hay que explicar”. El filósofo Ambrosio Velasco (2000)


Tradicionalmente, en el ámbito de la filosofía de la ciencia han predominado los estudios sobre las ciencias formales y las naturales. La presencia de este nuevo campo de estudio de la filosofía de la ciencia suscitó un problema fundamental que sigue vigente en nuestros días: ¿las teorías filosóficas de las ciencias naturales pueden aplicarse satisfactoriamente a las ciencias sociales o, por el contrario, las ciencias sociales tienen características diferentes a las propuestas por las teorías filosóficas de las ciencias naturales? En otras palabras, ¿es posible construir una sola teoría de las ciencias factuales [de hecho] que se apliquen tanto a las disciplinas naturales como a las disciplinas sociales?

La respuesta afirmativa a la pregunta anterior es la tesis monista —un solo modelo de cientificidad— de las posiciones epistemológicas denominadas naturalistas. En posición al monismo epistemológico de los naturalistas, surge a fines del siglo pasado una perspectiva filosófica que afirma diferencias fundamentales entre las ciencias naturales y las ciencias sociales e históricas (p. 11).


Ferrater (2001) asegura que “la explicación es el método típico de las ciencias de la naturaleza, que se preocupan por la causa en tanto que la comprensión es el método típico de las ciencias del espíritu, que se preocupan por el sentido, es decir, en la interpretación”.

Ciencias sociales


Sobre un fondo azul, siluetas en negro de personas.

(s. a.) (2017). Sociedad [gráfico]. Tomado de https://pixabay.com/en/inclusion-group-wheelchair-2731343/



En el apartado anterior, analizamos que las ciencias de la naturaleza intentan explicar los fenómenos; se fundan en la percepción externa; en cambio, las ciencias del espíritu o sociales, sobre la percepción interna.


Se entiende que es el proceso en el cual las impresiones que ingresan a los sentidos se traban en un todo diferenciado del yo. Un sonido se convierte en una percepción externa mediante la atención que lo destaca del silencio. Dilthey (citado en Ferrater, 2001) marca como una característica de las ciencias de la naturaleza la percepción externa a través de los sentidos.


Es el conjunto de procesos en el cual una o varias percepciones externas son colocadas por el pensamiento discursivo, en una conexión tal que estas percepciones se elevan a una mejor comprensión. Así, se ensancha así el conocimiento del mundo exterior.


Hechos internos semejantes son los diferentes estados del sentimiento, lo mismo que los actos del pensamiento y de la voluntad. Son procesos imposibles de percibir por los sentidos, pero que fungen como elementos primordiales de la conciencia. En la medida en que se dirige la atención a estos estados internos, nace la percepción interna. Mediante la atención, se cobra una conciencia más clara de las relaciones que mantienen entre sí las partes integrantes de un proceso o estado.


Se entiende por experiencia interna el proceso total según el cual una o varias percepciones se entrelazan en una conexión mediante el pensamiento discursivo, de suerte que estos hechos psíquicos se elevan a una mejor comprensión; se amplía, de esta manera, nuestro conocimiento del mundo interior.




La captación de aquello que se presenta en la conciencia como un estado o proceso interno, es decir, según sus relaciones con la conexión de esta conciencia, debe extenderse a los objetos sensibles. La percepción interna tendrá que ser sustituida por los procesos mentales indicados, que funcionarían así: la percepción interna o externa se vuelve consciente, se hace objetiva en la mente o se vuelve concepto; es decir, se racionaliza mediante el discurso. Éste es el punto de partida de la comprensión, la base de las ciencias sociales y las del espíritu.

La distinción entre ciencias explicativas y descriptivas corresponde al uso del lenguaje. Hay que entender por ciencia explicativa toda subordinación de un campo de fenómenos a una conexión causal por medio de un número ilimitado de elementos, es decir, partes integrantes de una conexión, determinadas unívocamente.

Pongamos como ejemplo la psicología explicativa, que pretende subordinar los fenómenos de la vida psíquica a una conexión causal y a un número limitado de elementos definidos. Su característica especificadora consiste en su convicción de lograr un conocimiento completo y transparente de los fenómenos psíquicos, valiéndose de un número limitado de elementos. Dicho de otro modo, un sujeto únicamente puede explicar un fenómeno social mediante la conexión causal de su propia vida psíquica. En este sentido, la tarea de las ciencias sociales consiste en explicar los fenómenos sociales a través de la comprensión. Únicamente el ser humano puede comprender el modo de comportamiento de los demás porque hay una “conexión psíquica”.


Dos conceptos básicos


Para las ciencias sociales, los conceptos de comprensión y hermenéutica son fundamentales porque son los métodos a través de los cuales se pueden estudiar.

Hermenéutica


Es la interpretación del discurso, los textos, la historia y las relaciones sociales a través del lenguaje. La comprensión de un concepto, entonces, es la referencia con la que se designa un objeto: en su máxima extensión, a qué parte de la realidad se hace referencia. Es la expresión más viva de la relación ontológica entre la razón —el ser humano— y la realidad.

Comprensión


Es interpretar el sentido de la acción social, con el fin de dar una explicación de los hechos —ciencia—, o bien para actuar en consecuencia —relación social—.



Para Weber (1997), la comprensión equivale, en los siguientes casos, a una captación interpretativa del sentido o conexión de sentido:

  1. Mentado realmente en la acción particular —en la consideración histórica; interpretar el hecho social tal como ocurrió, por eso se dice que es una “consideración histórica”—.
  2. Mentado en promedio y de modo aproximativo, en la consideración sociológica en masa; interpretar la forma de comportamiento colectiva para actuar en consecuencia o para explicar el sentido de la acción.
  3. Construido científicamente, de acuerdo con los conceptos de tipo ideal. Esto permite encontrar las semejanzas o diferencias de un comportamiento ideal con uno real.

Un concepto imprescindible en las ciencias sociales es la hermenéutica, que deriva del griego “habla”, “don de la palabra”, “interpretación” o “explicación”. De acuerdo con esta definición, se le relaciona primariamente con la palabra, entendida como atributo del ser del hombre. Desde este punto de vista, la razón sólo puede expresarse por medio del lenguaje.

Gadamer (2000) escribió que la hermenéutica designa ante todo una praxis artificial. Esto sugiere como palabra complementaria téchne, entendida como arte y como técnica. El arte del que se trata es el del anuncio, la traducción, la explicación y la interpretación e incluye el de la comprensión que subyace en él y es requerido cuando no está claro el sentido de algo. El cometido de la hermenéutica consiste en traducir lo manifestado de modo extraño o ininteligible al lenguaje inteligible por todos. Se trata de traducir el significado de las cosas en palabras que designan, a su vez, la expresión de conceptos que el individuo interpreta.




Según Gadamer, una hermenéutica filosófica llegará al resultado de que la comprensión sólo es posible de forma que el sujeto ponga en juego sus propios presupuestos; una especie de actualización del conocimiento contenido en los textos. El aporte productivo del intérprete forma parte del sentido de la comprensión inexorablemente. Se puede describir también este fenómeno diciendo que el intérprete y el texto tienen su propio horizonte, y la comprensión supone una fusión de estos horizontes.

La realidad fundamental para salvar tales distancias es el lenguaje, que permite al intérprete —o al traductor— actualizar lo comprendido. Gracias al lenguaje, es posible la interpretación de textos, independientemente de su época, y comprender y actualizar el conocimiento, donde está contenida la tradición y tiempo en que se vive.


Libro abierto con lentes encima y vela encendida en segundo plano.

(s. a.) (2017). Libro [fotografía]. Tomada de https://pixabay.com/en/book-bible-open-glasses-1936547/



Las concepciones de Heidegger, Gadamer y Ricoeur tienen en común el poner en relieve la dimensión ontológica, el ser del hombre.

¿Cuál es la diferencia entre la filosofía de las ciencias de la naturaleza y las sociales? Comenta Velasco (2000) que el término hermenéutica se refiere a un conjunto de posiciones epistemológicas o científicas que comparten la tesis de que las ciencias sociales tienen finalidades, metodología y fundamentación diferentes a las propias de las naturales. A diferencia de éstas, las sociales no buscan explicar y predecir las acciones de la sociedad, sino interpretar su significado.

Así, las ciencias sociales recurren a la comprensión, que involucra una suerte de experiencia interna del sujeto, según Dilthey, o procesos intersubjetivos, como aprendizaje de reglas sociales, según Weber, o interacciones comunicativas, según Gadamer, Ricoeur y Habermas.

Actividad. La ciencia y sus métodos

En este tema, revisaste la clasificación de la ciencia con sus respectivos métodos. Ahora vas a identificar las características de esa clasificación, así como los métodos que le corresponden a cada tipo de ciencia.

Autoevaluación. La ciencia y sus métodos

En este tema revisaste la manera en la cual se han construido métodos científicos diversos que contribuyen al desarrollo de la ciencia. Es momento de comprender cuáles son los métodos propios para la ciencias naturales y sociales.


Fuentes de información

Básicas

Bibliografía

Galicia, M. (1976). Introducción a la lógica matemática. Ciudad de México: McGraw-Hill.

Velasco, A. (2000). Introducción. En Tradiciones naturalistas y hermenéuticas en la filosofía de las ciencias sociales (pp. 11-16). Ciudad de México: UNAM.


Documentos electrónicos

Cruz, L. A., Escobar, J. A., Peña, M. y Pérez, Y. (2017). Teoría del conocimiento. Ciudad de México: Facultad de Contaduría y Administración-UNAM. Consultado el 5 de septiembre de 2017 de http://fcasua.contad.unam.mx/apuntes/interiores/docs/20181/contaduria/1/LC_1156_21087_A_Teoria_Conocimiento_Plan2016.pdf

Di Castro, E. (s. f.). Definición de lógica. Conocimientos fundamentales de filosofía. Consultado el 5 de septiembre de 2017 de http://www.conocimientosfundamentales.unam.mx/vol1/filosofia/m01/t01/01t01s01.html

Sánchez, F. y Gutiérrez, J. L. (1998, octubre-diciembre). El difícil amor entre la biología y las matemáticas. Ciencias, 52, 12-17. Consultado el 20 de octubre de 2016 de http://www.revistaciencias.unam.mx/es/107-revistas/revista-ciencias-52/940-el-dificil-amor-entre-la-biologia-y-las-matematicas.html


Complementarias

Bibliografía

Ferrater, J. (2001). Diccionario de filosofía. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.

Miller, D. (1997). Popper. Escritos selectos. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.

Stebbing, S. L. (1965). Introducción a la lógica moderna. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.


Documentos electrónicos

Bonfil, M. (s. f.). Ojo de mosca. ¿Cómo Ves? Consultado el 21 de octubre de 2016 de http://www.comoves.unam.mx/numeros/ojodemosca/24