Modelo Proyectual Semiótico

Tanto la teoría semiológica de De Saussure (2010) como la semiótica de Peirce (2009) (que no son iguales, pero que tomaremos como complementarias para los fines de este tema) inician tomando como objeto de estudio el signo lingüístico en la vida social; aunque todos los conceptos que desarrollan también pueden aplicarse al signo visual. Estos autores nos explican la manera en que las personas creamos conocimiento mediante el signo, y auxiliándonos de éste, también podemos transmitir dicho conocimiento a las demás personas en nuestra sociedad. Ésa es precisamente la intención de tu trabajo: crear un nuevo conocimiento del corporativo, el objeto de tu proyecto, y encontrar la mejor manera de transmitir, a través de signos, lo que sabes del corporativo a todas las personas a quienes les resulte útil dicho conocimiento.

Modelo proyectual funcional

Al diseñador y comunicador visual corresponde proyectar de manera coherente la función asignada al diseño. Tal vez se te facilite esta proyectación si respondes las preguntas que Lasswell (1985) propone: ¿quién dice?, ¿qué dice?, ¿en qué canal?, ¿a quién? y ¿con qué efectos?; esto facilitará investigar y encontrar la mejor disposición de los elementos en el mensaje (soportado por un medio específico) que serán sometidos a la percepción del usuario, por ello se considera al diseñador –y comunicador visual– un organizador de estructuras.
Al crear nuevas identidades gráficas corporativas, utilizarás códigos visuales que las personas ya conocen y comprenden con el fin de crear en la mente de tus receptores nuevas relaciones de significante-significado, donde el significante será la identidad gráfica, y el significado referirá al servicio, la calidad, el compromiso, la presencia, etcétera. Para crear la identidad, no basta con realizar un gráfico que distinga a tu corporativo de los demás que sean similares, sino que debes diseñar toda la estrategia de comunicación en medios que sustenten el significado deseado.
El modelo proyectual funcional se basa en el modelo de la teoría funcionalista, el cual parte de la idea de que en la sociedad existen reglas que se aplican porque son benéficas. Es decir, el acatamiento de dichas reglas por parte de los individuos traerá como consecuencia una recompensa, manifestada en una mejor, larga, abundante y feliz vida. Estas reglas representan lo que debe de ser tomando como modelo y define al líder de opinión por haber alcanzado la anhelada cima.

Modelo proyectual sinérgico

Este modelo tiene la finalidad de coordinar las acciones de dos o más causas, elementos o partes para obtener como efecto un resultado superior a lo que se obtendría de los efectos por separado; por ejemplo: el valor de una marca se genera gracias a la inversión que una empresa hace para la construcción de aquélla, creando en la mente de la población una relación entre la marca y los conceptos de servicio, calidad, presencia, atención, etcétera. Esto forma una espiral de comunicación que se repite cada temporada a lo largo del año (Navidad, Año Nuevo, Día de Reyes, Día del Amor, etcétera), creando mensajes que hacen que cada vez un mayor número de personas conozcan la relación entre la marca y el significado que le hemos construido.
La gente que habita el área metropolitana de la Ciudad de México no pide refresco de cola, dice me da una Coca, aun si no tiene preferencia por esa marca; no se pide pan de caja, se pide pan Bimbo, etcétera. Cada mensaje genera más adeptos, y los que ya lo eran, no olvidan el mensaje y lo transmiten a las personas que los rodean. Un ejemplo de esto último sería el de la madre de familia que compra productos del corporativo Nestlé y explica a sus hijos las razones de su preferencia, en ese momento está potencializando toda la información que recibió del corporativo.

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Un modelo que plantea la proyección de la circularidad de la comunicación es el de Dance (1967), el modelo propone una espiral, y su autor plantea, a diferencia de sus predecesores, que la comunicación no empieza en un punto y termina en el mismo punto, sino que, en cada vuelta dentro del proceso comunicativo, la fuente, el emisor, el codificador y el receptor ya no son los mismos, pues saben más de lo que sabían antes, en ciclos anteriores.
Un ejemplo aplicado a la publicidad es la llamada espiral publicitaria, donde un ciclo corresponde a todo un año y en éste se suceden distintas fechas conmemorativas (como las fiestas decembrinas, el día de reyes, el día del amor, el inicio de la primavera, el día del niño, el de la madre, etcétera), que para un corporativo de tiendas departamentales y restaurantes, como Grupo Cifra y Walmart Store, representan la oportunidad de realizar nuevos mensajes que reafirmen su posición en la mente del público y aumenten el valor de sus marcas; al siguiente año el ciclo se repite, pero no los mensajes, ya que entre mejores sean éstos, más rápido es su desgaste y son recordados por los receptores con mayor facilidad.

La espiral comienza en la parte inferior, donde va ascendiendo y creciendo de manera infinita; cada giro representa un año en el que corporativo ha invertido en su comunicación, dejando conocimiento grabado en la mente de los receptores; el siguiente giro representa un nuevo año y nuevos mensajes que, aunque significan lo mismo, están diseñados de forma innovadora para sorprender al público.