Tecnología

“La tecnología ha sido descrita desde múltiples formas; la más formal corresponde a las raíces de las palabras griegas que la conforman: tekno — oficio y logos — discurso, es decir, el tratado de las artes y oficios en general” (Mulas, 1998: 10).

La tecnología debe ser entendida como el desarrollo del saber y de la aplicación de ese saber; es decir, la relación intrínseca entre el hacer y el saber, entre el desarrollo del conocimiento y la práctica. El aspecto tecnológico no sólo debe ver el desarrollo de los productos tangibles, sino también de los saberes y la forma de aplicación de estos por medio de las herramientas (técnicas). Ahora bien, esto implica también la creación de condiciones sociales, económicas y culturales propicias para el desarrollo tecnológico.

La tecnología, es “la combinación de habilidades, conocimientos, capacidades, técnicas, materiales, máquinas, computadoras, herramientas y otros equipos para transformar materia prima en bienes y servicios” (Jones, 2008: 263), pero que es minimizada al grado de ser sólo un instrumento de la eficiencia de los procesos de la organización en sí. Para Kaimowitz (en Ras, 1994), la tecnología es una relación intrínseca entre el conocimiento y la práctica, es decir, entre el saber y el hacer. De este modo, el concepto de tecnología para la investigación a desarrollar se analiza desde cuatro aspectos: a) el desarrollo de la tecnología, b) las técnicas (hacer y saber), c) la relevancia de las mismas y d) el impacto en los modelos. Para Perrow (1970) existen cuatro tipos de tecnología derivados de los factores de la complejidad y la viabilidad de la tarea: a) la manufactura rutinaria, b) la artesanal, c) la producción de ingeniería y d) la investigación no rutinaria, las cuales requieren de la capacidad cognoscitiva del individuo para la resolución de problemas; así, los oficios y el arte aprendidos de manera empírica, perfeccionados por la elaboración de herramientas para su aplicación y mejora técnicas, forman lo que definimos como tecnología.

El desarrollo de tecnología se encuentra determinado por la capacidad de generar conocimiento, en una dimensión tácita, difícil de formalizar, encontrándose ligada a la experiencia y a los procesos de aprendizaje individual y social, reflejada en el “saber hacer” (Navarro, 2004), lo que permite la evolución de las formas de producción y modelos de estructura del trabajo dentro de la organización. De acuerdo con esto, no se puede dejar de lado del factor tecnológico los aspectos sociales, económicos y culturales implícitos en cualquier organización, cualquiera que sea la forma que adopte ésta, ya que al haber una modificación en el factor tecnológico hay repercusiones en estos aspectos de manera significativa.

La implementación de la tecnología

La tecnología y su implementación juegan un papel importante en la innovación de procesos y estructura. La tecnología está sustentada en tres aspectos:

1. La cantidad de productos elaborados.
2. La calidad del producto.
3. La oportunidad.

En ellos se pueden desarrollar estrategias competitivas a nivel individual o social de un país, en los diversos sectores económicos, para poder abarcar más segmentos de mercados, tratando así de generar una tendencia hacia el desarrollo de organizaciones y modelos económicos basados en el aspecto tecnológico, lo que representa un cambio en las formas de generación del conocimiento, así como en su gestión.

Innovación

El factor tecnológico juega un papel determinante en el contexto globalizador de la economía como generadora de conocimiento, de estructuras organizacionales y de modelos económicos, representados en cambios de manera ambiental y contextual, que han modificado la forma de analizar a las organizaciones con respecto al componente tecnológico. Así, no podemos desligar a la tecnología, bajo el concepto de estrategia, del concepto de ventaja competitiva, como referente teórico para esta investigación, con tal de comprender su condición en el desarrollo de acciones coordinadas para obtener una ventaja competitiva. A continuación analizaremos este punto.

La tecnología como ventaja competitiva

Al tratar de obtener la ventaja competitiva se deben analizar, en primera instancia, la estructura del sector en el nivel nacional y después la estructura de la competencia, para poder determinar las posibles barreras (comerciales, arancelarias, restricciones internacionales, alertas sanitarias, entre otras) a las que se pueden enfrentar los integrantes de dicho sector, así como la implementación de las tecnologías apropiadas para desarrollar la ventaja competitiva en un sector determinado.

Puede decirse que la tecnología juega un papel importante “como un arma económica” (Mulas, 1998: 20), donde en una economía globalizada, la competitividad de un país requiere que los sectores que componen su economía generen productos y procesos de alta calidad a bajo costo, comercializables al corto plazo y compatibles con el modelo económico imperante.

Ahora bien, ante la carencia de desarrollo del factor tecnológico en un país, la opción es la transferencia de tecnología. [La transferencia de tecnología se concibe como la apropiación o implantación de conocimiento para el desarrollo eficiente y competitivo de una organización o país.]

Esta transferencia conlleva a adecuaciones de tipo cultural y social en cuatro puntos esencialmente:

Tales puntos deben ser evaluados en tres etapas cronológicas de verificación: antes, durante y posteriormente a la adecuación y/o implantación.