(2010) define identidad corporativa como: Aspectos conceptuales, físicos y actuaciones que determinan la existencia de una corporación. Se trata, en definitiva, del referente como el conjunto de caracteres y valores que la definen, de sus activos potenciales y su personalidad, […] se manifiesta mediante los poderes que administra, la impresión sobre los servicios que atiende, la interacción con la gente con quien se relaciona y entre las personas que representan, la trascendencia de las actuaciones y actitudes en general […] que puedan tener quienes son administrados por esa corporación, y también la que tengan sus dirigentes, sus empleados, los miembros de corporaciones colindantes o pertenecientes al mismo entorno próximo, y la que obtengan quienes se encuentren alejados geográficamente, cultural y comunicacionalmente de esa comunidad, sin tener un contacto directo con la misma para autocomponer su idea.
(1996) define el concepto como “la personalidad corporativa, es decir, aquellos rasgos esenciales que diferencian a las organizaciones”, pero también hace una diferencia con la reputación corporativa, afirmando que esta última “se define como el juicio que se efectúa sobre la organización cuando se compara con el estereotipo de la excelencia en dicho sector”. Asimismo, parte del crecimiento de la identidad es la reputación, pues una mala reputación casi nunca va en pro de los intereses de los accionistas o propietarios de la empresa, por ejemplo, la difusión de la noticia de que la marca de tenis Nike contrataba manufactureras que explotaban a niños en la fabricación, trajo como consecuencia que las ventas se vinieran abajo, además de las manifestaciones y muestras de repudio que ocurrieron en Estados Unidos.
(1991) define la identidad corporativa como “la totalidad de los modos en que la organización se presenta a sí misma. Por lo tanto, la identidad se proyecta de cuatro maneras diferentes: ¿quién eres?, ¿qué haces?, ¿cómo lo haces? y ¿a dónde quieres llegar?”. Desde un enfoque funcionalista es recomendable que, antes de empezar a proyectar, te asegures de tener bien claras las respuestas, ya que definirán a tu emisor. No olvides que tú eres el codificador.